Observación

"Cuando observamos Júpiter, los fotones de luz solar reflejados en los átomos de su atmósfera atraviesan los varios cientos de millones de kilómetros de espacio interpuesto, penetran en la atmósfera de la Tierra y chocan con las células retinianas, desalojando electrones de los átomos allí situados. Esta mínima perturbación da lugar a una pequeña señal eléctrica que, una vez amplificada y conducida al cerebro, proporciona la sensación «Júpiter». De ahí se deduce que, a través de esta cadena, las células cerebrales están ligadas por fuerzas electromagnéticas a la atmósfera de Júpiter. Si la cadena de interacciones se amplía mediante el uso de telescopios, nuestro cerebro entra en conexión con la superficie de las estrellas situadas a miles de millones de años luz." "...Por tanto, no podemos ver estrictamente el «verdadero» Júpiter, sino el Júpiter perturbado por la presión de la luz. El mismo razonamiento puede aplicarse a todas nuestras observaciones del mundo que...